Opinión

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miércoles, 31 de octubre de 2012

La vida de Pablo

     Este relato nos cuenta la historia de Pablo, un padre de familia que había estudiado Dirección y Administración de Empresas (LADE) y que dirigía una pequeña empresa en la que había invertido casi todos sus ahorros y sus esperanzas de futuro. Los primeros años, obtuvieron pequeños beneficios, los suficientes para poder invertir en una vivienda en la que poder disfrutar con sus hijos y su esposa. Tenía dos hijos, Víctor y Alfonso, con 10 y 12 años respectivamente, fruto de su felicidad con Carmen.
     Sin embargo la situación económica comenzó a empeorar, los negocios no iban como Pablo pensaba, pero él siempre confió en poder revertir la situación y solventar los problemas. Y así lo intentó de una forma tenaz, pero por más que lo intentaba la situación no hacía más que empeorar. Cuando llegaba a casa, siempre intentaba disimular, nunca quería poner una mala cara, intentaba sonreír, y todos los días se repetía la misma escena:
     - ¿qué te pasa cariño? ¿te sientes mal?- preguntaba cada día Carmen-. 
     - nada, nada...todo va bien, no te preocupes - respondía Pablo-.
     Pero la crisis llegó a su empresa como a muchas otras, y primero se llevó a las más pequeñas como era el caso de la de nuestro protagonista. Tuvo que ir despidiendo poco a poco a los empleados, hasta que la situación se hizo insostenible y su empresa se fue a la quiebra. Eso fue para él un duro golpe, y no sólo en lo económico al quedar prácticamente arruinado, sino también en lo emocional ya que sentía que había defraudado a su familia.
     Intentó por todos los medios encontrar un nuevo trabajo pero la situación de crisis en el país lo impedía, incluso intentó pedir un préstamo para intentar un nuevo negocio,  pero con el precedente de lo acontecido en su empresa ningún avalista apostó por él. Así pues, la familia terminó arruinándose del todo. 
     Una mañana llamaron a su puerta, unos señores trajeados acompañados por efectivos de la policía. Carmen abrió la puerta y nada más ver la escena se le cayeron dos lágrimas, sabía de sobra lo que sucedería. Uno de los señores trajeados se acercó y con un papel en la mano argumentó:
     - Buenos días señora siento tener que comentarle que traigo una orden de desahucio, por lo que recojan sus pertenencias lo más pronto posible.
      Pablo, casi en estado de shock se puso de rodillas implorándoles que tuvieran compasión por sus hijos, decía una y otra vez:
     - pensad que esto les ocurriera a sus hijos, son unos niños, ¡por favor|
     Pero sus ruegos y lamentos no fueron tenidos en cuenta y la orden de desahucio se aplicó conforme a la ley. Eso fue la estocada definitiva para Pablo, por su cabeza pasaba imágenes de sus hijos divirtiéndose en aquel patio con otras de llanto el día de su forzosa salida. Hasta el punto que entró en una profunda depresión y aunque se fueron a vivir a casa de sus suegros, un día no regresó.
     Dieron parte a la policía, pero por más que buscaron no encontraron nada, ni para bien ni tampoco indicios de que se hubiera suicidado. Hasta que un día recibieron una carta que decía:
     "cariño, lo siento os he fallado. Intentad rehacer vuestras vidas sin mí. Estaré bien, he conocido nuevos amigos. Te quiero".
     Pablo empezó a vivir como un indigente y su aspecto cambió mucho hasta el punto que era prácticamente imposible reconocerlo. Vivía de la caridad, y de lo que encontraba en las basuras y dormía entre cartones siempre con la foto de sus hijos entre sus manos. Fueron años muy duros para él, las leyes de la calle son muy difíciles. 
     Por otra parte, Carmen consiguió un trabajo y con ese dinero y con la ayuda de sus padres salió adelante y pudo darle una buena educación a sus hijos, los cuales a pesar del paso de los años nunca perdieron la esperanza de volver a ver a su padre y recuperar esos años perdidos. Además, la situación económica del país fue mejorando paulatinamente y sus hijos consiguieron unos buenos trabajos, especialmente Alfonso que empezó a trabajar como director de una sucursal bancaria. 
     Una mañana cuando fue a abrir el banco, se encontró junto al cajero a una persona, su sorpresa fue mayúscula cuando fue a llamar a aquel pobre indigente:
     - Buen hombre, buenos días....¿necesita usted algo?, preguntó Alfonso.
    - Una nueva oportunidad en la vida respondió él, pero eso ya es imposible. (Como todos os podéis imaginar, se trataba de Pablo, pero los años y su maltrecha vida en la calle había cambiado mucho su fisionomía.).
     - Nada es imposible caballero, la vida da muchas sorpresas respondió Alfonso.
     Pero la sorpresa se la llevó él cuando el indigente sacó de su bolsillo una foto suya con su hermano.
     - Papá, papá....¿eres tú?, preguntó el director atónito
     - Alfonso....respondió Pablo con lágrimas en los ojos....¿sabrás perdonarme?
     - Claro que sí papá, como has rogado, la vida te dará una segunda oportunidad.

     La vida de Pablo, por Manuel M.

lunes, 29 de octubre de 2012

La habitación de Daniel

     La presente historia se sitúa en la habitación de un extraño hospital, en el que Daniel y todos lo que se acerquen a la lectura de este relato sentirán angustia e incertidumbre. Pues bien, este chico era una persona normal, con vitalidad, un joven de 24 años que estudiaba ingeniería informática. Era un chico deportista y sano, que nunca había tenido ningún problema de salud grave. Por ello, le resultará de lo más extraño abrir los ojos y verse en la habitación de un Hospital.
     Como digo, Daniel abrió los ojos en aquel extraño lugar, era una habitación pequeña, poco iluminada, que no tenía nada que ver con su dormitorio, en el que creyó estar en un primer instante. Cuando se percató de la realidad, intentó levantarse de la cama, y se llevó una terrible sorpresa, estaba atado a la cama y en su brazo derecho tenía una vía con un gotero puesto. Intentó por varias veces levantarse, pero le resultó imposible.
     -¡¡¡ Socorroooo, socorrooo, que alguien me ayude, por favor!!!, gritó desconsoladamente, pero nadie aparecía por aquel lugar. Sólo un tic tac de un reloj que había en la pared sonaba una y otra vez en aquella habitación.
     Daniel miraba en aquel reloj cómo las horas pasaban lentas, no sabía qué pasaba, ni donde estaba, y se encontraba cansado a pesar de tener la sensación de haber estado durmiendo muchas horas. De repente, la puerta se abrió y una extraña mujer accedió con un carrito en el que llevaba cosas que Daniel desde su cama no alcanzaba a ver.
     - Soltadme, ¿quiénes sois? ¿qué me pasa?, preguntó una y otra vez. Pero aquella mujer vestida de blanco, a la que Daniel no alcanzaba a ver el rostro, parecía hacer caso omiso a todo lo que aquel chico le decía. 
     -¿Pero no me oyes? ¿Estás sorda?, ¡te estoy preguntando!, le dijo una y otra vez, pero tras agarrar su carrito salió de la habitación. 
     Había perdido la noción del tiempo, sólo veía que entraban personas vestidas de blanco, a los que por mucho que miraba no les podía ver la cara, incluso sintió pánico a creer que tenían el rostro desfigurado. Pero ninguno de ellos le respondía a nada de lo que Daniel le rogaba que le informara.
     En aquel lugar se alternaban momentos de silencio absoluto, con otros de gritos y puertas que se abría y cerraban una y otra vez. Él pensaba que podía estar en un hospital, pero no recordaba nada y lo que le daba más miedo es que nadie le respondía, parecía que él había enmudecido o que todo el mundo se había vuelto sordo.
     A veces cerraba los ojos, aunque él pensaba que no conseguía quedarse dormido del todo, pero en una de las ocasiones que lo hizo un fuerte pitido lo despertó. A continuación, muchas personas entraron en su habitación con aparatos extraños que Daniel no distinguía. Parecía que hablaban entre ellos, algo que el joven pudo percibir gracias a los gestos que hacían, puesto que los rostros no los veía, seguía viéndolos como seres desfigurados y sin voz. 
     Lo trasladaron con celeridad, por unos pasillos muy iluminados y sólo distinguía pitidos, y en su cuerpo una sensación de frío. Estuvieron con él algún tiempo, pero Daniel que no sentía dolor alguno, no entendía nada, y aunque intentaba levantarse su cuerpo no respondía ni podía comunicarse con aquellas extrañas personas.
     El joven estudiante de ingeniería cerró los ojos y cuando los abrió se vio en una especie de ataúd, por lo que entró en casi estado de shock:
     - ¡socorroooo, estoy vivo, no me enterréis!, gritó desconsoladamente, pero nadie respondía y sólo sentía un tremendo zumbido y vibraciones. Se sentía desconsolado, sólo el pensar que lo iban a enterrar vivo le dejaba ya casi sin ganas de luchar. Cerró sus ojos, pensando que ya era el fin, nadie lo escuchaba el final de su vida se acercaba.
     Pero a veces cuando el final de tu vida se acerca, un hombre puede sacar fuerzas de flaqueza, abrió los ojos y gritó con todas sus fuerzas:
     -¡¡¡¡¡ Quiero vivir, estoy vivo, miradme, estoy vivo!!!
     De repente vio con mucha más claridad, estaba en un lugar rodeado de cables, estaba en una cama y junto a él había otras personas en idéntica situación. Una mujer vestida de blanco, a la que ya le veía su rostro, le sonrió y le dijo:
     -¡ Enhorabuena, has vencido a la muerte!, y acto seguido llamó a más doctores.
     Horas después, le contaron a Daniel que había tenido un accidente con su coche nuevo, un conductor despistado se había saltado un stop colisionando con él. Pero su "pesadilla real" del coma había terminado, su vitalidad y juventud había vencido.

     La habitación de Daniel, por Manuel M.

viernes, 26 de octubre de 2012

Un juego de muerte

     La historia que aquí acontece se sitúa en un centro médico de un pequeño pueblo de la sierra castellana, un lugar de difícil acceso, con carreteras sinuosas y de poca visibilidad. Pues bien, un médico y un enfermero, tenían que cubrir una emergencia sanitaria en una casa alejada del pueblo en un día tormentoso y con un fuerte aguacero. Tras un momento de distracción, y tratando de evitar una colisión frontal, el vehículo cae al vacío falleciendo los dos en el acto. Todo el mundo quedó consternado por tan brutal desenlace, declarándose en aquel lugar tres días de luto.
    Años después, María, hija del doctor fallecido que había seguido los pasos de su padre al estudiar medicina, es enviada aquel pequeño pueblo para cubrir las urgencias. Allí coincide en turno con Marcos, el enfermero, el cual era aficionado a estudiar parapsicología, y con Antonio, el celador, una persona muy escéptica en todo lo que se refiere a los fenómenos paranormales.
     María siempre creyó que su padre no se había ido del todo, ella siempre lo sentía cerca, pero pensaba que todo sería fruto de su imaginación, motivado quizás por las ganas de que aquel accidente mortal hubiese sido un mal sueño y que su espíritu continuara por allí. Eso siempre le rondaba la cabeza, y más aún cuando conoció a su compañero Marcos, por el que sentía algo más que amistad y del que hubiese creído todo. Desde la llegada de la joven, el enfermero siempre le contaba historias paranormales que en aquel lugar sucedían, tales como muebles que crujían, respiraciones que se sentían, cosas que desaparecían y luego se encontraban en otros lugares; es decir, numerosos sucesos que Marcos siempre relacionaba con la muerte del Dr. García y de Fran, su compañero ATS. Mientras tanto, Antonio, siempre tan escéptico se reía y decía que eso no eran más que habladurías del pueblo.
     A María, las palabras de Marcos, aumentaron sus ganas de comprobar si sus presentimientos eran ciertos, y que el espíritu de su padre seguía deambulando por aquel centro sanitario. Por eso intentó convencer a Marcos y Antonio para que durante el próximo turno de noche, intentaran contactar con su padre mediante una sesión con la tabla güija. Marcos, intentó avisarle del peligro que ello suponía pero la obstinación de María junto a su curiosidad terminó por convencerlo. Antonio, por otro lado, después de fumarse un cigarro, aceptó, ya que la noche estaba muy tranquila y sería una forma de entretenerse, aunque estaba seguro de que no pasaría nada.
     Pues bien, la noche del 20 de noviembre, los tres pusieron en práctica la peor idea que podrían haber tenido en sus vidas. Marcos, sacó una tabla de güija de su mochila, un tanto deteriorada, que según les contó a sus compañeros había pertenecido a su tío Carlos, del que había heredado ese gusto por lo paranormal. Se sentaron junto a la mesa, y empezaron todo ese ritual que rodea a estas sesiones, intentando comunicar con el Dr.García. De repente empezaron a suceder cosas extrañas, la mesa temblaba, la luz se iba y venía, los muebles crujían.....mientras los allí presentes empezaban a presentir que algo iba a ir mal en aquel lugar por lo que declinaron seguir con aquello, pues cada vez sentían más miedo y hacía más frío en aquella pequeña habitación. Pero ya era tarde, y habían conectado con algo muy distinto del padre de María del que no consiguieron saber nada. Y ya se sabe, si una cosa está mal, es susceptible de tornarse en algo peor, como así sucedió.
    De repente, llamaron a la puerta, se trataba de una familia muy extraña, con un acento como extranjero, vestidos con ropa un poco anticuada, diríamos como de otra época, que sólo pronunciaron una palabra "Ayuda". Todos se dispusieron a hacer su trabajo con prontitud pues tenían aspecto como de encontrarse gravemente enfermos. Aunque intentaron conocer algo más de ellos mientras que preparaban todo el instrumental necesario, no pronunciaron ni una palabra y sólo realizaban una especie de gruñidos con movimientos extraños. Pero lo peor fue cuando la doctora comprobó el pulso de los tres miembros de esta familia, más bien la carencia de éste. ¡No podía ser no había ritmo cardíaco, no había constantes vitales...mil cosas pensaron en los segundos posteriores. Estaban realmente aterrados, y más aún cuando al celador intentando hacer el traslado de uno de ellos a la camilla le mordieron en el cuello brutalmente acabando con su vida.
     Marcos y María corrieron por las dependencias de aquel centro de Salud intentando escapar de allí como fuera, pero puertas y ventanas estaban cerradas, no podían salir y aquellos seres del otro mundo acudían lenta pero decididamente hacia ellos después de haberse dado un festín a costa de Antonio. María intentó esconderse en los servicios, pero no había pestillo, se lo había llevado seguramente para hacer una gamberrada algún chico del pueblo. Ella lloraba y gritaba, el pánico se había apoderado de sí,  y eso fue lo peor que pudo hacer, pues los atrajo allí. Sentada junto al lavabo, y sin posibilidad de escapar, su corazón que había palpitado más fuerte que nunca dejó de latir. María falleció en el acto de un infarto.
     Mientras tanto, Marcos que pudo encerrarse en las sala de curas, tras no encontrar ninguna salida de aquel lugar, casi en estado de shock, vio como la puerta era derribada y él acorralado. Cogió un bisturí y sin fuerzas ya para defenderse se suicidó.
     A la mañana siguiente, cuando llegaron el resto de los médicos, se encontraron este horrible descenlace, los tres cuerpos de sus compañeros yacían junto a la tabla de la güija y en espejo escrito con sangre un mensaje que decía "no juguéis con la muerte".

     Un juego de muerte, por Manuel M.
   
   

jueves, 25 de octubre de 2012

Sueños en Halloween


Me desperté junto a aquella tapia, estaba aturdido y no recordaba nada. Di algunos pasos hacia delante dándole vueltas a mi cabeza para ver si lograba situarme en aquel lugar, pero por más que miraba no era capaz de reconocer nada. Miré el reloj que tenía en mi muñeca, marcaba las dos de la madrugada del día 31 de Octubre, era Halloween.
Normalmente a esas horas no encontraría a muchas personas por la calle, pero… en Halloween, todo es distinto, es algo que se vive en la calle, por lo que me dispuse a buscar a alguien que me pudiera aclarar el lugar en el cual me encontraba. Había poca luz y hacía bastante frío, así que me apresuré siguiendo esa enorme tapia blanca sin el menor rastro de personas en los alrededores.
Caminé durante algún tiempo pero parecía que volvía al sitio de origen, parecía que me encontraba atrapado junto a aquella tapia blanca, era una escena que se repetía una y otra vez. Miré el reloj nuevamente, se había quedado parado en las 3 de la madrugada, yo no era ya consciente del tiempo que llevaba andando.
Intenté separarme de aquella tapia algunos metros, y me pareció ver una casa, o más bien una especie de templete, pero no lo podía apreciar muy bien. Por ello, decidí acercarme un poco más para ver si podía encontrar a alguien. De repente, oí voces, eran voces de niños que jugaban, sería el típico truco o trato de esta fecha, pensé.
Cada vez sentía más frío y una sensación de escalofríos me recorría por el cuerpo, no sabía que me estaba pasando, sólo oía risas de esos niños que se divertían en aquel lugar. Llegué al lugar y entonces los vi…esos niños estaban tan bien maquillados y con unos disfraces tan originales que sentí miedo, pero nada comparado con lo que sentiría después.
Intenté hablar con ellos, pero no me respondían, sólo se reían y parecían divertirse, me fui acercando más y más a ellos, pero de repente empezaron a correr. Yo, intentando no asustarlos, fui corriendo detrás (aunque realmente el que estaba aterrado era yo…¿qué estaba ocurriendo allí?).
Los niños corrieron hacia un lugar donde me pareció ver más templetes o pequeñas casas, pero la falta de luz me impedía ver claramente aquello. Aunque los seguí con todas mis fuerzas, les perdí la pista, parecía que se habían esfumado. Mi corazón latía fuerte, miraba a un lado y a otro, qué pasaba….no eran niños disfrazados, no sé…. ¿qué era eso….dónde estaba yo…y esa especies de templetes qué eran?.
Tembloroso con una mezcla de frío y pánico, me acerqué al templete, y…me quedé totalmente petrificado, no era capaz de articular palabra, no era capaz de nada, no podía apartar la mirada de lo que tenía ante mí. Eran las fotografías de esos chicos a los que hacía un instante había visto jugar con vitalidad y disfrazados para la ocasión, junto a las lápidas de sus tumbas.
Estaba en un cementerio, y en el peor día que se podía estar, en Halloween, la noche en la que dicen que los muertos volvían a la vida, y que yo había podido comprobar por mi mismo que así era. Pero….¿cómo había llegado yo allí? y sobre todo ¿cómo podría encontrar la salida de aquel laberinto funerario?.
Empecé a correr, lo más sigilosamente posible, tenía miedo, mucho miedo a encontrarme con aquellos seres del otro mundo, y lo peor no era verlos, lo que más me temía era la reacción de éstos. Todas las calles me parecían iguales, nichos y tumbas, además se estaba levantando un viento que cada vez movían más las hojas de aquellos cipreses. Quería escapar, pero no me salía la voz ni para pedir ayuda, y cada vez me encontraba más cansado y me faltaban las fuerzas, ya que el pánico me bloqueaba.
Por mucho que corría de un sitio para otro no encontraba la salida y ya no veía ni esa interminable tapia blanca. Tenía que descansar unos minutos, no podía más, estaba exhausto. Me apoyé sobre el muro de aquel templete que encerraba uno de los tantos panteones que allí había… me estaba quedando dormido, algo que fue interrumpido bruscamente por un tremendo estruendo y un grito aterrador. A esto lo siguió un inquietante silencio….cerré los ojos no quería ni mirar, lo que me encontraría si los abría….¡Dios no estaba preparado para verlo!. Pero si no los abría mi vida podría peligrar.
Me torné de valor, los abrí y…..lo que vi era mucho peor de lo que me esperaba, una multitud de….no sé muy bien como definirlos venían lentamente hacia mí. Corrí, sin rumbo, sin pensar nada, sólo quería salvar mi vida. Había unas escaleras, que descendían hacia un sótano y allí vi la salvación. Las bajé, olía bastante mal, pero el fresco que entraba desde la superficie me ayudaba a respirar. De repente, la corriente de aire desapareció, el acceso había quedado cerrado. Cerré los ojos, mientras oía un ruido cada vez más lejano y más lejano…
Me desperté en una habitación, y por fin recordé me encontraba con unos amigos pasando unos días en un camping. Salí de aquel bungalow, fui corriendo hasta la entrada del camping y desde allí vi la tapia de un cementerio. Creo que todo había sido un mal sueño, quizá fue una pesadilla o no, no lo sé estoy buscando a mis amigos.
                                                           
      Sueños en Halloween, Manuel M.

Animales personificados

     Si lees el título se te puede venir a la cabeza la idea de que vas a leer una fábula, nada más lejos de la realidad, puesto que hoy me he propuesto que reflexiones sobre el trato a los animales, ¿crees que son muy distintos a nosotros?. ¿Se merecen una mejor consideración a la que actualmente tenemos de ellos?.
     
     Vayamos por partes, en primer lugar un animal, pongamos por ejemplo un perro,  te puede proporcionar fidelidad y cariño, cualidades propias de las personas que sin embargo a veces se encuentra ausente en muchos humanos.
    
  ¿Pero....qué te puede proporcionar una mascota? El que tiene un animal doméstico en casa sabe perfectamente de lo que hablo, dicen que a diferencia del ser humano ellos actúan por instinto, sin embargo   son capaces de captar todos los estados de ánimo de las personas que los rodean y parece que "sólo les falta hablar", puesto que han creado un vínculo con aquellos con los que conviven y son capaces de transmitir mucho. Podríamos verlo como un lenguaje no verbal, unos gestos y una forma de actuar con los que, volviendo al ejemplo del perro, podrían pedir comida o que los lleves a dar un paseo, es decir crean una comunicación.
    
      No obstante, con ello no digo que deban educarse totalmente igual que una persona, deben marcarse unas pautas de comportamientos y enseñarles dónde están los límites. Ni tampoco quiero decir que las personas y los animales seamos iguales, pero si estoy seguro de que las mascotas nos pueden proporcionar mucho al ser humano y por ello se les debe dar otro trato distinto a las que por parte del hombre están siendo objeto. Malnutrición, abandono, falta de higiene y violencia son acciones llevadas a cabo por ¿seres humanos? pensando que el hombre es tan distinto a los animales que puede hacer con ello lo que les venga en gana, y esto es lo se debe denunciar y evitar.

     Me gustaría que durante unos minutos se pararan a pensar sobre cómo tratan a los animales y cómo se podrían concienciar a las personas para que mostraran un mayor respeto y consideración por ellos.

     Un cordial saludo.
     
     Manuel M.

martes, 23 de octubre de 2012

Juego de niños

     Después de dar un paseo matutino se me viene a la cabeza una pregunta y es la siguiente ¿a qué juegan los niños hoy?. Por más vueltas que le doy no logro comprender cómo han cambiado tanto los hábitos de los niños y niñas o de los chicos y chicas adolescentes. ¿Dónde han quedado esos niños jugando en los patios o cambiando cromos de fútbol y esas niñas con su elástico por poner un ejemplo? ¿Y esos adolescentes que salían a la calle y se sentaban en un banco con la chica o el chico que les gustaba?. Todo eso se va perdiendo y va pasando a un segundo plano.
     
     Hoy en día, me entristece pensar en que todo pasa por quedarse en casa y no salir, en que los amigos que se hacen no son más que alguien que está detrás de un nick en algún chat, y que los juegos de la calle se han cambiado por algún juego on-line que no crean más que adicción a unos niños que si no se saben controlar tendrán problemas el día de mañana, y no sabrán desenvolverse en una sociedad tan diferente de su "mundo virtual". 

    ¿Entonces las Redes Sociales son negativas? ¿Estamos evolucionando o involucionando? Pues creo que todo depende del uso que se le quiera dar, aunque estoy seguro de que todos debemos hacer autocrítica y observar que está sucediendo, el por qué vamos por la calle mirando la información de un móvil y no alzamos la cabeza para contemplar el paisaje que nos rodea. ¿Quizás pretendemos huir de algo? No lo sé, pero si tenemos que tener cuidado con todo ello y sobre todo hacer hincapié a los niños y niñas en que deben salir a divertirse y que nunca se pierdan los juegos por favor, que no se pierda la infancia ni la adolescencia, pues no somos máquinas que dependamos de un ordenador, somos humanos y necesitamos vivir en sociedad.

     Me gustaría que tras esta pequeña reflexión me comentaran ¿qué les parece ésta situación? ¿qué sucede hoy a niños y adolescentes? ¿Piensan que ésto es un problema? ¿Cómo lo solucionarían?

     Un cordial saludo.

     Manuel M.

lunes, 22 de octubre de 2012

Diario de un parado


     Desde este blog me gustaría dedicarle algunas líneas a uno de los principales problemas que tenemos en España, el desempleo. Pero no, no teman... no huyan de leer una parrafada sobre la economía y los datos del paro, ni de cifras de las que nos marean cada día los medios de comunicación. El objetivo de este escrito es otro bien distinto, se trata de hacer un homenaje a todas aquellas personas que se encuentran sin trabajo, y que a pesar de que lo están pasando mal, no cesan en su constancia y tesón buscando una salida laboral.
     
     No voy a entrar a valorar, quién es el culpable de esta situación ni quién es el encargado de solucionarlo, mi escrito va más allá de una postura política u otra. La finalidad no es esa, estas líneas van dedicadas a todas aquellas personas que tras formarse durante bastantes años no encuentran una ocupación profesional. Mi más sincero aplauso a quien cada mañana con carpeta en mano se echa a la calle con su Currículum Vitae en busca de una solución. A aquellos chicos y chicas, hombres y mujeres que salen con ilusión como casi quien compra un cupón de la O.N.C.E o una Quiniela buscando una respuesta, una mirada comprometida cuando entregas tu Currículum y que se encuentran con un simple gracias o suerte.
     
     Hoy en día, la situación es de tal calibre, que es difícil hasta recibir una llamada para una entrevista, ya sea por la crisis o por otras razones que aquí no voy a entrar a valorar, no, no es ese mi objetivo. La razón de esta reflexión es otra, como reitero una y otra vez se trata de mi alabanza más grande a esos padres de familia que luchan con todas sus fuerzas para sacar adelante a sus hijos, o a esos jóvenes que intentan planificar un futuro y a pesar de luchar con todas sus fuerzas no logran alcanzar una estabilidad laboral y personal.
     
     Me gustaría que todos reflexionáramos sobre esta situación, y puesto que las soluciones no están en las manos del desempleado, me gustaría que opinaseis sobre la forma de sobrellevar este día a día.
     
     Ánimo a todos y un cordial saludo.
     
     Manuel M.


Halloween, ¿una fiesta pagana o religiosa?

     Nos acercamos a la festividad de Halloween, que se celebrará la noche del próximo 31 de Octubre, y como cada año miles de niños se disfrazarán y saldrán a la calle a pedir caramelos con la típica frase de "truco o trato". 
     Se trata de una tradición de origen celta, cuyo nombre deriva del inglés antiguo All Hollow´s eve, el cual podríamos traducir como "la víspera de todos los santos". Por tanto una tradición anglosajona que cada vez va teniendo más arraigo en otros países como el caso de España. No obstante, en algunas zonas del noroeste peninsular como Galicia o Asturias ya se hacían cultos similares por sus raíces Celtas.
    Sin embargo, podríamos entrar en un debate sobre su finalidad religiosa o pagana, pues mientras que algunas personas lo ven como un homenaje a los difuntos, otras esperan esta fiesta como una especie de "carnaval" con disfraces de brujas, zombis y otros seres siniestros. 
     Por ello, en España un país de tradición católica a pesar de que cada año se celebra Halloween, muchas personas son todavía reticentes a ella, puesto que lo ven más como un "producto" importado de Estados Unidos afianzado por el interés de las Grandes Superficies para obtener cuantiosos beneficios en estas fechas. Estas personas tienen otro concepto de ver el día de los Difuntos, y lo hacen más como respeto y recuerdo a sus seres queridos. Y por ello, iluminan con velas las fotografías de sus familiares difuntos, van a los cementerios a llevar flores, arreglan las lápidas, etc. Aunque no obstante, debo aquí hacer un inciso para indicar que muchas personas se "olvidan" de sus difuntos durante todo el año para aparecer sólo ese día, aunque este no es el caso de mi artículo.
    Por tanto, ¿qué es Halloween, paganismo, religión, carnaval adelantado...?. Pues supongo que cada uno lo ve de una forma, y en cierta manera las dos posturas tienen  algo de razón puesto que esta noche de "Brujas y Muertos que regresan a la vida" (un reiterado argumento cinematográfico) es una noche de diversión y un enriquecimiento cultural para España. Pero también se merece el mismo respeto el que vive el día de los Difuntos desde la intimidad, desde el anonimato y no sale a las calles a celebrar nada, y sólo hace memoria de aquellos recuerdos junto a su ser querido.
   Me gustaría que este artículo les hiciera reflexionar sobre esta cuestión, ¿paganismo o religión?, y me hicieran comentarios sobre como celebran esta festividad. 
     Un cordial saludo.
     Manuel M.

viernes, 19 de octubre de 2012

Bienvenidos

   Bienvenidos al blog Tu rincón para leer un espacio en el que humildemente llevaré a cabo relatos y artículos de opinión que espero que sean de su gusto, y de todas aquellas personas que decidan entrar en este blog. Pretendo, además, que aporten sus comentarios y opiniones constructivas que serán bienvenidas.

    Los relatos serán de los más variado, es decir no seguirán una temática determinada y dependerán más de la inspiración.
     
   En cuanto a los artículos de opinión, haremos referencia a temas de actualidad, siempre desde el respeto,  y sobre todo haciéndoles reflexionar sobre los mismos.
    
   En definitiva, espero que este blog sea de verdad Tu rincón para leer, y permítanme que les tutee pero espero que se sientan como en casa y sobre todo disfruten con la lectura de todo lo que podamos aquí realizar.
    
   Sin más, indicarles que pronto empezaré con la actividad en este blog, por lo que les invito a seguirme. Reciban  un cordial saludo de parte de Manuel.